Por Lourdes Rangel Angulo
URGENTE: LEA CON SUS HIJOS
Muchas veces nos preguntamos para qué sirve la lectura si muchas personas cultas carecen de ética y amor por los demás, y muchos que no son precisamente amantes de los libros tienen una conducta intachable y muestran un gran cariño incluso por aquellos a quienes no conocen. Sin embargo, cada día que pasa me parece más urgente la lectura a partir de la más tierna infancia. Tuve el enorme privilegio de tener una abuela aficionada a las novelas históricas. A sus noventa años todavía habla con pasión de los clásicos del siglo XIX, de Dumas, Hugo, Zévaco, Balzac, Payno, Altamirano… Y todas estas lecturas fueron responsables de dos cosas: en primer lugar, ella disfrutó profundamente cada uno de sus viajes; entendía el valor de encontrarse frente a los grandes monumentos del mundo, y de tener ante sus ojos objetos que habían sido testigos de sucesos extraordinarios o habían formado parte fundamental de la existencia de artistas excepcionales. En segundo lugar, mi abuela puede dialogar con quien sea y encaja perfectamente en cualquier contexto social sin perder su sencillez y alegría. Uno de mis tíos, miembro de una generación de jóvenes rebeldes y pensantes, heredó su pasión por los libros y se convirtió en un hombre idealista que deseaba el progreso de la sociedad, consciente de la historia y de las transformaciones que se han vivido en las últimas décadas. Con esto, podríamos resumir que la lectura favorece tres cualidades muy apreciables en los seres humanos: la justa valoración del pensamiento y las proezas humanas que desgraciadamente hoy en día pocos valoran; el acercamiento a personas de muy distintos orígenes a partir del conocimiento de su cultura, y la lucha por ideales que muchas veces pueden ser muy positivos para la humanidad. Es decir, si nuestros hijos leyeran, México se convertiría en un país sin malinchismo, dispuesto al diálogo y a señalar injusticias, tan comunes hoy en día.
No podemos soslayar otros beneficios de la lectura. Leemos porque esto nos permite vivir muchas vidas dentro de la nuestra. Un día podemos ser un viajero que acompaña a Marco Polo, mañana tal vez dialogaríamos con Fernando Pessoa bajo la luz de la luna o hablaríamos con Romano Guardini sobre nuestra vida espiritual. Vivir tantas vidas en tantos lugares diferentes con tantas personas maravillosas es volar. No tenemos alas pero tenemos libros. Ahora, si mi lector lo permite, voy a hablar del futuro, pues ya he hablado de mi abuela y mi tío. Tengo la costumbre de leer con mis sobrinos, dos niños pequeños de 4 y 3 años a los que les resulta muy fácil, como a cualquier niño de sus edades, aprenderse lo que escuchan de memoria. Luego de algunas semanas, recitan los textos, y a pesar de que todavía no saben leer, adquieren herramientas para razonar con mayor coherencia y para estructurar un discurso literario. También se sorprenden con las descripciones, e imaginan personajes y situaciones que a veces parecen imposibles; es decir, crecen con la certeza de que el mundo puede transformarse para bien si todos colaboramos y creemos en nuestras capacidades.
Tengo una vieja edición para niños de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, una de esas que vendían por entregas en los supermercados cuando yo era niña. Hace algunos días uno de mis sobrinos descubrió el segundo tomo, pero como no tengo el primero fui a sacar un ejemplar ilustrado de la Biblioteca Municipal. Empecé mi lectura y los niños ya saben nombres y lugares que tal vez de otro modo nunca hubieran conocido. Confieso que una de las personas a las que me ha dado más gusto conocer a través de los libros se llama Victor Hugo, y que uno de los honores más grandes que he tenido –le pido al lector que no lo comunique a las autoridades francesas—fue tocar el escritorio donde escribía y al que prohibían acercarse.
El Presidente Municipal, Fredy Marrufo Martín, y el Capitán de Puerto, Alfonso Rodríguez Loaiza, encabezaron la coronación de Mariana Rodríguez Paniagua y Dayana Irasema Badillo Rodríguez, Reina y Embajadora de las festividades del Día de la Marina Nacional 2014, respectivamente. “Gracias por su esfuerzo a todos los hombres de mar que día a día laboran por el bienestar de Cozumel, así como a quienes tienen como responsabilidad llevan a cabo las actividades portuarias de seguridad y comercio” dijo Marrufo Martín. En su momento, Rodríguez Loaiza señaló que la isla de Cozumel es un destino maravilloso, el cual hay que proteger, razón por el cual se continuará trabajando de la mano con las diferentes autoridades.
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