“Equidad camaleónica”
(Ultima parte)
“Actualmente, el destino del mundo depende, en primer lugar, de los estadistas y, en segundo lugar, de los intérpretes”
(Trygve Halvdan Lie)
Con la aplicación del nuevo Sistema de Justicia Oral, el que un intérprete de Lengua de Señas tenga que sentarse en una silla para “escuchar” y a la vez “interpretar y traducir” de manera fidedigna lo dicho por una persona con sordera y en conflicto con la ley, frente a una autoridad Judicial, resultará a todas luces un reto fatigoso, dado el desafío que este deberá asumir –el perito-, es decir, actuar como “intermediario comunicativo”, entre las partes involucradas, por el simple hecho de que ni el uno, ni el otro, se entienden, sin ignorar la parte donde se originan las barreras simbólicas y culturales, estas que en nombre de la “apatía” e “ignorancia” obran a favor de los prejuicios.
Y al hablar de prejuicios es que intento hacer referencia a absurdos y mitos que giran en torno a quienes integran dicha comunidad, como por ejemplo:
-El que la sociedad crea que por su forma de hablar –el sordo-, padece de algún trastorno de tipo cognitivo.
-Que por el hecho de ser sordos, siempre habrán de ser mudos y por ende, es preciso considerarlos sordomudos.
-Que el observarlos hablar en señas resulta en algo curioso y gracioso, y por tanto debe ser observado con detenimiento y curiosidad.
-Entre otros.
Estas situaciones o pequeñeces –según algunos- me hacen pensar que más que favorecer una cultura de “legalidad”, los Juicios Orales al aplicarse en el caso de que se involucre directa e indirectamente a una persona sorda, incitarán a la promoción de un “circo” donde número principal será el morbo; que ya de por sí es la constante sin importar el lugar y el momento, en que se les vea “escribir” con su cuerpo y sus manos los enigmáticos garabatos.
Luego entonces, ¿Dónde quedará el respeto y equidad? si tampoco la autoridad –independientemente de su investidura- marca la pauta al respecto; a excepción de que uno se les ponga al brinco y los hagan salir de su sinrazón. Un ejemplo claro y común es… Cuando se detiene y a la vez se le ponen las esposas con las manos hacía la espalda a un sordo, ya que en más del 99% de las veces, le son violadas sus Garantías y Derechos Humanos, al privárseles de la facultad y posibilidad de comunicarse, siendo que las manos constituyen el factor de intercambio del flujo informativo, es decir, el medio por el cual expresan sus pensamientos y sentimientos en su idioma, la Lengua de Señas. Por lo que las declaraciones que la autoridad Judicial recepciona en un principio carecen de sustento, a menos que los susodichos resulten unos verdaderos ases en la “adivinanza”.
Por tanto, después de todo lo aquí planteado es que
Considero necesario que el Estado tome la iniciativa de crear un protocolo para intervenir en caso de que se involucre a una persona con sordera, en el entendido de que un intérprete pueda siempre intervenir de manera inmediata en cualquier actuación que así lo amerite (Detenidos, accidentes de tráfico, ingresos hospitalarios, etc.).
Críticas, comentarios y sugerencias de algún tema para las siguientes ediciones enviarlo al mail: amilsosa@gmail.com.
Hasta la próxima…
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