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10 jun 2014

POR LAS CUATRO ESQUINAS: TOMÉMONOS UNA SELFIE

Por Jonathan Cuautle Muñoz


Antes de comenzar con mis líneas, me gustaría poder expresar un cálido y afectuoso saludo a todos los lectores que adquieren mensualmente este periódico. En los próximos meses, estaré escribiendo para usted, algunas palabras e ideas que me revolotean la cabeza. No por nada, me han dicho que soy un escritor un poco zafado. Esto será entre usted y yo. Seremos a partir de este momento, cómplices intelectuales tratando de comprender al mundo que nos rodea. Así que… ¡Empecemos!
En la vida cotidiana actual  se escucha por todos lados la palabra ¨Selfie¨. Para las personas adultas quizá este término es incomprensible y nuevo, pero para los jóvenes de esta generación, es un término común ya que todos los días lo realizan en forma mínima o excesiva. Ahora bien, permítame explicarle un poco a cerca de esta bendita palabra que está causando furor,  lo mismo para un ama de casa, un estudiante que para un deportista, famosos e inclusive presidentes o dirigentes religiosos.
Entonces, desmenucemos este término. ¨Selfie¨ es  una palabra del idioma inglés que se refiere a un autorretrato;  una fotografía de usted mismo, que puede ser tomada mediante teléfonos celulares, cámaras, tablets e incluso, computadoras portátiles. El objetivo de esta fotografía es tomársela para compartirla en alguna red social de nuestro agrado, como el Facebook, Twitter o Instagram. Todo esto con el ánimo de mostrarles a nuestros amigos o  familiares cómo nos sentimos, lo que estamos haciendo, con quién nos reunimos o dónde nos encontramos. ¿Le suena familiar?
Esto no es algo nuevo. Desde hace un tiempo que se ha estado realizando y publicando en las redes sociales, pero no había cobrado tanta relevancia hasta que algunos sucesos le dieron la fama suficiente para convertirla en una tendencia a nivel mundial. Uno de estos ejemplos fue la selfie que se tomaron  un grupo de famosos actores en la ceremonia de entrega de los Óscares.  Dicha fotografía alcanzó tanta popularidad que todo el mundo empezó a emularla al día siguiente. Como resultado, las redes sociales empezaron a tapizarse de ¨selfies¨ de todo tipo de gente, incluyendo a celebridades, lo cual, catapultó su uso. Gramaticalmente hablando, ahora tenemos un neologismo: ¨selfie¨.
Pero, detrás de esa acción tan divertida e inofensiva de tomarse una fotografía de uno mismo o en grupo  y poder compartirla a través de las redes sociales, se encuentra una parte oscura y siniestra. Sí, así como lo leyó, tiene su parte negativa y algo enfermiza.
De acuerdo a la Asociación Americana de Psiquiatría (APA, por sus siglas en inglés)  tomarse ¨selfies¨ puede convertirse en un trastorno mental, denominado ¨selfitis¨.  Dicho trastorno  consiste en el deseo compulsivo obsesivo de tomarse fotos de uno mismo y publicarlos en los medios sociales como una forma de compensar la falta de autoestima y para llenar un vacío en la intimidad. ¡Asombroso! ¿No lo cree? Pero, esto es real y no se debe tomar a la ligera.
Se estará preguntando por qué esto se vuelve un trastorno. El deseo de compartir con los amigos y la familia las actividades o acciones que se están realizando en la vida diaria es hasta cierto punto normal, pues para eso fueron creadas estas redes. El problema comienza cuando se convierte en una conducta compulsiva el hecho de estar publicando casi cada minuto sobre lo que se está haciendo, así sea hasta algo por demás, trivial. Un último estudio publicado revela que hay ciertas conductas repetitivas por los usuarios de las redes sociales, que pueden provocar molestia y esto incluye en especial a las selfies. El estudio de la APA deja claro que esto se vuelve paranoico cuando la persona publica y publica a cada rato fotografías con la intención de ser aprobado por los demás mediante ¨Me gusta¨ ( Termino utilizado en Facebook) y si éste no obtiene la atención de los demás, buscará nuevas formas de hacerse notar y para ello, recurrirá a acciones más extremas.
Si bien es cierto que tienen su lado negativo, también habrá que remarcar lo positivo. Como en todas las cosas que tienen un equilibrio, las ¨selfies¨ no dejan de tener algo agradable. El hecho de tomarse una fotografía de uno mismo por diversión porque incluye a tu grupo social, tu familia, tu lugar preferido o  el ser amado,  resulta positivo. Esto es, porque en la fotografía se quedan plasmados esos momentos tan importantes para la persona que las toma. En este sentido, la tan usada frase que en algún momento fue un slogan, “recordar es volver a vivir”, adquiere entonces matices interesantes. Sin embargo, y de nueva cuenta, cuando se toman de manera solitaria, mostrando partes de tu intimidad, dañando tu integridad, sólo para ser aceptado por los demás  y dejar de ser invisible para quienes te rodean, entonces toma ese lado negativo.
 En resumen, lo importante es disfrutar de lo que la tecnología nos ofrece pero sin olvidar que todo debe hacerse con mesura y responsabilidad. Un poco de sentido común, no está demás.



jonathan_cmz@outlook.com






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