Por Pepe Sanchez
“Yo soy la puerta; el que por mi entrare será salvo; y entrará, y saldrá y hallará pastos” Juan 10:9
Este pasaje bíblico antecede al versículo que alude al Buen pastor: “Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida por sus ovejas” (Juan 10:11). En el mismo evangelio de Juan, se lee: “…Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia”.
PARA EL QUE CREE TODO ES POSIBLE
Dicen que tener fe es hacer saltos mortales confiando en la mano de Dios. He visto que hasta las personas de mayor preparación y entrega en la religión tienen duras batallas que ponen a prueba su fe… o más bien las fortalece, si lo permiten, claro.
Hace unos pocos años, un amigo mío predicaba usando recurrentemente la expresión: “¡Todo con Cristo, nada sin Cristo!”… aun siendo creyente pensaba que eso era fanatismo religioso. De hecho en esta misma columna, en alguna ocasión escribí: “…aunque siento un profundo respeto y apego por las cosas espirituales, no me considero cucaracha de templo.”
También utilicé algunas veces la expresión bíblica de que aspiraba a convertirme en vino en odre nuevo. Creo que para los individuos como yo –que somos en extremo racionales- convertirse a la fe es cosa difícil. Aunque también he comprobado personalmente que para el Espíritu Santo no hay nada que le sea imposible.
Ahora entiendo que la obra de Dios no se detiene para el que quebranta con sinceridad su corazón. Exteriormente mi vida ha cambiado poco. Pero en mi interior siento que resplandece con el que es “Antorcha ardiente que alumbra el camino”.
Poder sentir gozo, paz y quietud en nuestro interior aunque algunas cosas quizá no marchen bien, es señal inequívoca de la presencia de Dios.
Solo la gracia de Dios permitió que mi familia –alguna vez desunida por mis abundantes errores del pasado- hoy esté más firme y unida que nunca.
En el mundo racional y metafísico en el que me crié, siempre aposté en la certeza de que “Cuando el alumno está preparado aparece el maestro”. Hoy que la presencia de Cristo es mi alimento cotidiano –el pan de vida-, puedo decir que ese Maestro es Jesús, que murió por ti y por mí en la cruz, estimado lector. Yo que me jactaba de haber leído muchos libros, ahora que empiezo a leer con mayor ahínco el libro que más vidas a cambiado en la historia de la humanidad, puedo afirmar con pleno convencimiento: ¡Todo el saber acumulado en la historia de los hombres, no se compara con las revelaciones que contiene la Sagrada Biblia!
Finalizo esta colaboración de Paraíso Interior con un profundo agradecimiento al Creador por haber puesto en mi camino, en meses recientes, a personas que directa o indirectamente están contribuyendo al proceso de transformación de mi vida: a los pastores Fabián Bermúdez y Sally Aké Ventura, a Mariano Vázquez, y al empresario televisivo Alberto Rocha. ¡Mi eterna gratitud a todos ellos!
Guerrerodeluz66@hotmail.com
Cel. 987 100 9246
Este pasaje bíblico antecede al versículo que alude al Buen pastor: “Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida por sus ovejas” (Juan 10:11). En el mismo evangelio de Juan, se lee: “…Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia”.
PARA EL QUE CREE TODO ES POSIBLE
Dicen que tener fe es hacer saltos mortales confiando en la mano de Dios. He visto que hasta las personas de mayor preparación y entrega en la religión tienen duras batallas que ponen a prueba su fe… o más bien las fortalece, si lo permiten, claro.
Hace unos pocos años, un amigo mío predicaba usando recurrentemente la expresión: “¡Todo con Cristo, nada sin Cristo!”… aun siendo creyente pensaba que eso era fanatismo religioso. De hecho en esta misma columna, en alguna ocasión escribí: “…aunque siento un profundo respeto y apego por las cosas espirituales, no me considero cucaracha de templo.”
También utilicé algunas veces la expresión bíblica de que aspiraba a convertirme en vino en odre nuevo. Creo que para los individuos como yo –que somos en extremo racionales- convertirse a la fe es cosa difícil. Aunque también he comprobado personalmente que para el Espíritu Santo no hay nada que le sea imposible.
Ahora entiendo que la obra de Dios no se detiene para el que quebranta con sinceridad su corazón. Exteriormente mi vida ha cambiado poco. Pero en mi interior siento que resplandece con el que es “Antorcha ardiente que alumbra el camino”.
Poder sentir gozo, paz y quietud en nuestro interior aunque algunas cosas quizá no marchen bien, es señal inequívoca de la presencia de Dios.
Solo la gracia de Dios permitió que mi familia –alguna vez desunida por mis abundantes errores del pasado- hoy esté más firme y unida que nunca.
En el mundo racional y metafísico en el que me crié, siempre aposté en la certeza de que “Cuando el alumno está preparado aparece el maestro”. Hoy que la presencia de Cristo es mi alimento cotidiano –el pan de vida-, puedo decir que ese Maestro es Jesús, que murió por ti y por mí en la cruz, estimado lector. Yo que me jactaba de haber leído muchos libros, ahora que empiezo a leer con mayor ahínco el libro que más vidas a cambiado en la historia de la humanidad, puedo afirmar con pleno convencimiento: ¡Todo el saber acumulado en la historia de los hombres, no se compara con las revelaciones que contiene la Sagrada Biblia!
Finalizo esta colaboración de Paraíso Interior con un profundo agradecimiento al Creador por haber puesto en mi camino, en meses recientes, a personas que directa o indirectamente están contribuyendo al proceso de transformación de mi vida: a los pastores Fabián Bermúdez y Sally Aké Ventura, a Mariano Vázquez, y al empresario televisivo Alberto Rocha. ¡Mi eterna gratitud a todos ellos!
Guerrerodeluz66@hotmail.com
Cel. 987 100 9246
0 comentarios :
Publicar un comentario